Repùblica
Dominicana:-La cadena de episodios que ha degradado la imagen de la
Policía desde hace varios años ha alcanzado su clímax y es hora de
someterla a un proceso de transformación en el que los principales
actores sean sus propios miembros.
Porque,
a decir verdad, en ese proceso de degradación han tenido mucha culpa
los políticos que han prometido, y nunca han cumplido, la implantación
de un esquema de seguridad ciudadana en el que la Policía sea su
verdadero garante.
El
presidente Abinader, ha tomado la iniciativa de renovar y modernizar
ese cuerpo, en el que todavía prevalece el uso de prácticas represivas
inspiradas en el macartismo del siglo pasado, donde el respeto a los
derechos de los detenidos o acusados es inexistente, lo que la ha
hundido en la desconfianza y la inefectividad.
Cambiar
esos parámetros que les inocularon los políticos al usar a la Policía
como un instrumento para neutralizar adversarios, eliminar disidentes o
reprimir las protestas pacíficas de los ciudadanos, es lo que espera la
sociedad de una anunciada reforma de esa institución que restaure su
capacidad operativa, su función protectora del orden y de la ley y,
sobre todo, su credibilidad.
Muchos
quieren que esa reforma comience ya y que su primer objetivo, una vez
que hayan sido mejorados los salarios y la capacitación de sus miembros,
sea la de dotarla de las herramientas y técnicas más modernas para
cumplir su misión de custodia de la seguridad ciudadana, ahora mismo
inexistente.
Hasta
donde se aprecia, las líneas fundamentales de esa reforma están
contenidas en un voluminoso informe preparado por civiles, muchos de
ellos ajenos a los problemas intrínsecos de una institución desfasada,
cuyas principales acciones la sociedad todavía no conoce.
Para
corregir el rumbo decadente e ineficiente de esa vieja policía, es
preciso que las reformas sean consensuadas con los mismos sujetos de esa
transformación.
Una
redacción periodística, por ejemplo, no puede reinventarse si no es con
el concurso y la suma de experiencia de los que trabajan dentro, que
son los que conocen sus fortalezas y debilidades.
¿Cuándo y cómo se hará la reforma?
Sin
dudas, esta es la expectativa que tiene la sociedad, que ya no cree en
alardes mediáticos ni en el uso de parches para tapar definitivamente
los tantos agujeros que, como las metástasis, drenan la disciplina, la
moral y la eficiencia operativa de la Policía Nacional.
Fuente: listindiario.com
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