SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Informe Técnico sobre el
Déficit Fiscal, ordenado por el Consejo Económico y Social (CES),
declaró que el gobierno de Leonel Fernández, desde el 2008 hasta el
2012, produjo un déficit de 401 mil millones de pesos, lo que representa
“un manejo absolutamente irresponsable de las finanzas públicas”.
El Informe no fue presentado ni discutido por las instancias del CES,
de acuerdo con el coordinador de la Comisión que preparó el informe,
abogado Francisco Alvarez Valdez, y apenas quedó como un texto para ser
analizado en el futuro.
Las conclusiones del documento dicen que el déficit fiscal del 2012
fue de 187 mil millones de pesos, y tiene como agravante que ese monto
de dinero no contribuyó con disminuir la pobreza, sino que fue utilizado
con fines meramente políticos.
“Algunas de las causas del déficit del año 2012 obedecen a claras
violaciones legales, como no transparentar en el presupuesto el monto
correcto del subsidio eléctrico cumpliendo con la Ley No. 125-01,
General de Electricidad del 26 de julio de 2001, lo que era
perfectamente estimable, o no ajustar los precios de los combustibles
debido al alza de los precios del petróleo, aplicando incorrectamente el
Decreto No. 307-01, en vez de fijar los precios partiendo del precio de
paridad de importación del petróleo en el mercado internacional, más la
tasa de cambio, como lo dispone el artículo 8 de la ley”, dice el
documento en sus conclusiones.
Dice que la principal razón del déficit del año 2012 fue admitida
oficialmente y se encuentra incluso contenida en una ley: “el presidente
decidió terminar las obras que había comenzado a pesar de que dicha
terminación no estaba contemplada en la Ley de Presupuesto General del
Estado del año 2012”. Dice el documento que “esto permite explicar por
qué el gasto fue mucho mayor después de las elecciones el 20 de mayo
hasta la toma de posesión el 16 de agosto, que de enero a mayo”.
Lea las conclusiones del informe:
Conclusiones del Informe Técnico:
Déficit Fiscal en el año 2012: Monto, Causas y Evaluación con respecto al Ordenamiento Jurídico
El déficit de 2012 debe examinarse desde una óptica más amplia en el
tiempo. Sus antecedentes aparecen con mucha claridad en el año 2008 y no
se trata de una coincidencia que ambos, 2008 y 2012, hayan sido años
electorales.
Desde el año 2008 se tomaron medidas que tenían por finalidad
preservar la popularidad del gobierno a cualquier costo, y esa es la
razón principal, aunque no exclusiva, del por qué se generó un déficit
acumulado desde el 2008 hasta el 2011, de RD$214,105 millones, que
fueron la antesala del enorme déficit del año 2012 por alrededor de
RD$187,000 millones. En cinco años (2008-2012) el déficit acumulado
asciende a RD$ 401,105 millones, lo que evidencia un manejo
absolutamente irresponsable de las finanzas públicas, que en adición no
contribuyó a una reducción proporcional de la pobreza.
Algunas de las causas del déficit del año 2012 obedecen a claras
violaciones legales, como no transparentar en el presupuesto el monto
correcto del subsidio eléctrico cumpliendo con la Ley No. 125-01,
General de Electricidad del 26 de julio de 2001, lo que era
perfectamente estimable, o no ajustar los precios de los combustibles
debido al alza de los precios del petróleo, aplicando incorrectamente el
Decreto No. 307-01, en vez de fijar los precios partiendo del precio de
paridad de importación del petróleo en el mercado internacional, más la
tasa de cambio, como lo dispone el artículo 8 de la ley.
La principal razón del déficit del año 2012 ha sido admitida
oficialmente y se encuentra incluso contenida en una ley: el presidente
decidió terminar las obras que había comenzado a pesar de que dicha
terminación no estaba contemplada en la Ley de Presupuesto General del
Estado del año 2012. Esto permite explicar por qué el gasto fue mucho
mayor después de las elecciones el 20 de mayo hasta la toma de posesión
el 16 de agosto, que de enero a mayo.
Nuestro país ha venido avanzando en la adopción de modernas leyes
para regular el régimen económico y financiero, tal como hemos descrito
en el cuerpo de este informe. Sin embargo, hemos podido detectar muy
poco respeto por las disposiciones constitucionales y legales adoptadas
en esta materia.
Disposiciones constitucionales que prohíben aumentar el gasto público
sin la existencia de una ley que lo autorice, o que establece criterios
de economía, planificación, eficiencia, prioridad y sobre todo
transparencia, para la asignación del gasto público, no fueron
respetadas.
Principios esenciales para el buen manejo de cualquier economía,
contemplados en múltiples leyes recientemente aprobadas, tampoco lo
fueron, como aquel de la ley de presupuesto que señala que las
apropiaciones aprobadas por el Congreso de la República constituyen el
límite máximo de gasto, sujeto a la disponibilidad efectiva de los
ingresos estimados. En lenguaje sencillo esto significa que no se puede
gastar lo que no ha ingresado y constituye una barrera legal para
impedir la generación de cualquier déficit que no haya sido previamente
planificado e incluido en la Ley de Presupuesto General del Estado.
El déficit de 2012 ha dejado al descubierto nuevamente que nuestro
principal problema no es aprobar nuevas disposiciones legales sino
cumplir las que tenemos, pero en esta ocasión, por la magnitud del
déficit, el precio será apurar un trago muy amargo, tal como lo
describió el presidente Medina.
El déficit puede ser una herramienta eficiente y a veces necesaria
para el manejo de la economía. Pero nos referimos al déficit
planificado, presupuestado y no al que surge al margen de las leyes. El
concepto de déficit no es sinónimo de corrupción, pero no cabe duda de
que no se puede descartar la posibilidad de que la generación de un
déficit pueda ocurrir por causas corruptas, incluyendo las violaciones
de las leyes destinadas a impedir déficits no planificados.
Ha sido una constante que bajo los gobiernos de los tres partidos
políticos que nos han gobernado desde 1966, las leyes relacionadas al
régimen económico y financiero se hayan violado constantemente, sobre
todo en años electorales. Nadie ha tenido que responder por tales
violaciones, que raramente son denunciadas, y esta es la causa que
explica por qué tales violaciones siguen ocurriendo periódicamente, con
consecuencias cada vez mayores para el país y sus habitantes.
La complicidad entre los partidos políticos, que muchas veces imponen
la política del borrón y cuenta nueva, impide que este tipo de
violaciones llegue a los tribunales o se conozcan tales procesos hasta
el final. No existe una sola sentencia condenatoria por violaciones a
estas leyes.
Los distintos sectores de la sociedad, incluyendo los representados
en el CES, deben abrir sus conciencias a la realidad de que no habrá
cambios sobre la forma en que se manejan los recursos públicos sin la
participación activa y valiente de la ciudadanía a través de los
mecanismos de control social y el ejercicio eficaz del derecho al acceso
a la información pública.
Estos temas deben formar parte esencial de las discusiones que
deberán llevarse a cabo en el seno del CES para la concertación de un
pacto fiscal integral tal como lo ordena la Ley de Estrategia Nacional
de Desarrollo, incluyendo la aprobación de un régimen de consecuencias
más efectivo y disuasivo que el existente.
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